Los esfuerzos de prevención de la COVID-19 aún resultan fundamentales, a pesar de las tendencias descendentes.
El Departamento de Salud del Estado de Washington (DOH, por su sigla en inglés) publicó hoy el último informe de situación estatal (solo en inglés) sobre la COVID-19.
Las conclusiones del informe son las siguientes:
- Si bien las tendencias en los casos, las hospitalizaciones y las muertes continúan disminuyendo en gran medida, persisten algunos signos preocupantes. En particular, el estado está detectando un creciente número de casos de la variante B.1.1.7 que se propaga más fácilmente que otras cepas. A medida que esta variante continúa propagándose por el estado y se vuelve predominante, es probable que aumenten el número de casos y las hospitalizaciones, y podrían afectar los recursos de atención médica.
- La transmisión de COVID-19 disminuyó en enero luego de los picos de fines de diciembre, pero el número reproductivo (Re) se ha mantenido cerca de 1 tanto en el este como el oeste de Washington. La mejor estimación del número reproductivo (la cantidad de personas nuevas que infectará cada paciente positivo de COVID-19) el 5 de febrero era de 0.71 en la región oeste de Washington y de 0.88 en la región este de Washington. El objetivo es mantener un número reproductivo muy inferior a uno —lo que significa que la transmisión de COVID-19 está disminuyendo— por un período de tiempo considerable.
- Las tasas de casos siguen siendo altas en el estado, pero están mejorando. Solo nueve de 39 condados tuvieron tasas por encima de los 200 nuevos casos por cada 100,000 personas durante el período de dos semanas que finalizó el 11 de febrero. Ningún condado tuvo tasas por encima de los 500 nuevos casos por cada 100,000 personas.
- El porcentaje estimado de personas con infecciones activas por COVID-19 es solo un poco más bajo que las estimaciones máximas durante las dos primeras olas de la enfermedad a fines de marzo y mediados de julio de 2020. La mejor estimación de prevalencia basada en modelos hasta el 5 de febrero fue de 0.16 %. Eso significa que todavía tenemos muchas personas infectadas que pueden necesitar atención médica y podrían estar transmitiendo el virus a otras personas.
- El total de ingresos hospitalarios ha disminuido de manera constante desde principios de enero, con un ligero aplanamiento a principios de febrero. Si bien esta tendencia está mejorando, los ingresos hospitalarios a principios de febrero seguían siendo solo un poco más bajos que los niveles más altos en las dos primeras olas de la enfermedad en 2020.
- La cantidad de camas de hospital ocupadas por pacientes infectados o bajo sospecha de infección de COVID-19 fue disminuyendo de manera constante en todo el estado hasta el 22 de febrero. Esta tendencia sigue a un pico de finales de otoño que se aplanó a principios y mediados de enero. El número de camas de UCI ocupadas por pacientes con COVID-19 ha variado más, pero en general ha ido disminuyendo desde enero.
“A pesar de las señales muy positivas que estamos viendo en los datos, todavía nos encontramos en una situación de riesgo y todos debemos trabajar para mantener y fortalecer nuestras medidas de prevención; sin embargo, sigo siendo cautelosamente optimista”, afirmó el Dr. Scott Lindquist, Oficial de Salud del Estado y Magíster en Salud Pública. «A medida que vemos que aumentan los casos de B.1.1.7, B1.351 y otras variantes de preocupación, es más importante que nunca seguir limitando las reuniones, usando mascarillas, controlando nuestra distancia y lavándonos las manos».
El DOH trabaja conjuntamente con el Instituto de Modelización de Enfermedades, el Centro de Investigación del Cáncer Fred Hutchinson, la Universidad de Washington y el programa de Inteligencia Artificial para la Salud de Microsoft para desarrollar estos informes cada dos semanas.