El aumento de casos de tuberculosis (TB) en Washington representa una alerta extrema para los funcionarios de salud pública en el ámbito local y estatal. Se cree que los cambios generalizados en cuanto a los servicios de atención médica y salud pública, y los diagnósticos de tuberculosis no detectados debido a la similitud de los síntomas entre el COVID-19 y la tuberculosis han contribuido en el aumento de casos de tuberculosis en el ámbito local y a nivel mundial.
El informe sobre casos de tuberculosis disminuyó en 2020, durante el primer año de la pandemia. Si bien es posible que los esfuerzos por prevenir el COVID-19 también disminuyan la propagación de la tuberculosis, puede que la disminución también haya sido a causa de diagnósticos de tuberculosis tardíos o no detectados debido a las dificultades en el sistema de atención médica. Además, es posible que algunas personas con tuberculosis hayan recibido un diagnóstico incorrecto de COVID-19.
Desde entonces, los casos aumentaron principalmente a principios de 2021, cuando se informaron 199 casos de tuberculosis; un aumento del 22 % desde 2020. En 2022, hasta ahora, se han informado 70 casos, y los funcionarios continúan controlando la situación de cerca. Los 17 casos nuevos de tuberculosis están relacionados entre sí y con las prisiones del estado de Washington, lo que se convierte en el brote más grande de estado en los últimos 20 años.
“Han pasado 20 años desde la última vez que tuvimos un brote de tuberculosis como este”, declaró Tao Sheng Kwan-Gett, MD, MPH, Jefe oficial de Ciencias del estado de Washington. “Posiblemente la pandemia haya contribuido en el aumento de casos y el brote de tuberculosis en, al menos, uno de los centros penitenciarios”, añadió Kwan-Gett. “El aumento del acceso a las pruebas de detección y al tratamiento de la tuberculosis en la comunidad va a ser la clave para tener esta enfermedad bajo control”.
“El Departamento de Correcciones (DOC, por su sigla en inglés) del estado de Washington identificó un aumento de casos en uno de nuestros centros y comenzó de inmediato a colaborar de cerca con el Departamento de Salud y los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades para realizar las pruebas de detección y, además, encontrar la forma de frenar la propagación en el centro y en la comunidad”, comunicó MaryAnn Curl, MD, directora médica del DOC. “Se siguen haciendo pruebas de detección al personal penitenciario y a la población del centro penitenciario Stafford Creek Correction Center y así fue cómo se detectaron los casos. Seguiremos en comunicación con el personal, los reclusos y sus familias como corresponde”.
Conocer los hechos nos ayuda a entender esta enfermedad, que se puede prevenir, tiene tratamiento y es curable. Al igual que el COVID-19, la tuberculosis se propaga mediante el aire cuando una persona infectada tose o estornuda, y las bacterias son inhaladas por otras personas. Sin embargo, a diferencia del COVID-19, por lo general se necesita una exposición más prolongada a una persona infectada con tuberculosis para contraer la enfermedad. Los síntomas de la tuberculosis pueden ser tos, con o sin sangre, y dolor en el pecho. Los síntomas generales también pueden ser fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso y cansancio.
Si la persona expuesta se infecta, posiblemente tenga una tuberculosis latente, en la que no se presentan síntomas y no es contagiosa. De todos modos, si la persona con una tuberculosis latente no recibe un diagnóstico y tratamiento a tiempo, la infección puede manifestarse y convertirse en una tuberculosis activa, la cual presenta síntomas y puede ser contagiosa. Se calcula que unas 200,000 personas en Washington tienen tuberculosis latente.
El tratamiento para esta enfermedad es de seis meses como mínimo. Si no se sigue el tratamiento de manera correcta, es probable que los síntomas empeoren y que los pacientes continúen con el riesgo de contagio, y que aumente la propagación de tuberculosis en la comunidad. Un tratamiento interrumpido también contribuye a la propagación de cepas antibióticas resistentes de la tuberculosis.
Cualquier persona puede contraer tuberculosis, pero algunas pueden ser más propensas a la exposición, como por ejemplo:
- Quienes estuvieron en contacto cercano con alguien que tiene tuberculosis;
- Las oriundas de regiones del mundo donde la tuberculosis es frecuente, o que viajan a esas regiones; y
- Quienes viven o trabajan en un entorno donde es posible estar expuesto a la tuberculosis, como en los refugios para personas sin hogar, los centros penitenciarios y las residencias para personas de la tercera edad.
El DOH recomienda que las personas en riesgo se realicen las pruebas de detección y, en caso de obtener un resultado positivo, busquen tratamiento.