Las personas adultas deben conocer las señales graves y cómo responder a ellas.
Los nuevos datos del grupo de salud conductual del Departamento de Salud del Estado de Washington (DOH, por su sigla en inglés) indican que más personas jóvenes están buscando ayuda médica en casos de estrés emocional. El personal de salud del estado les está pidiendo a las familias y a las personas educadoras, mentoras y defensoras de jóvenes que conozcan las señales de advertencia de que los niños o las personas jóvenes están en crisis, y que hablen con alguien que proporcione cuidado o atención de salud a fin de obtener recursos de apoyo para la salud conductual. Estas pautas siguen a un aviso público e informe de 53 páginas (solo en inglés) del director general de sanidad de EE. UU. sobre la importancia de proteger la salud mental de las personas jóvenes y los impactos “devastadores” de la pandemia en ese aspecto.
Según los datos reunidos por el DOH, la cantidad de niños y jóvenes de 5 a 17 años que buscan asistencia médica por pensamientos sobre el suicidio, supuestos intentos de suicidio, estrés psicológico y posibles sobredosis ha aumentado en los últimos meses. Es posible que los datos de vigilancia sindrómica como estos no reflejen la verdadera magnitud y dirección de las tendencias de salud conductual. Sin embargo, proporcionan estadísticas clave con respecto a las tendencias actuales y futuras de salud mental de grupos específicos de la población en el estado.
Los departamentos de emergencia de todo el estado están informando que una gran cantidad de su capacidad está ocupada por jóvenes que llegan con crisis de salud conductual. Esto incluye jóvenes en camas para casos agudos, lo cual crea problemas en el flujo y la capacidad de los sistemas hospitalarios. Además, dado que la variante delta desencadenó una repetición de muchos impactos que se habían experimentado inicialmente al comienzo de la pandemia, en los próximos meses, podríamos atravesar una fase de “desilusión secundaria”. Para gran cantidad de los niños y jóvenes, en especial, la fase de desilusión secundaria se está produciendo junto con factores estresantes escolares, familiares y sociales significativos.
“La pandemia de COVID-19 ha tenido impactos negativos graves en la salud conductual de las personas jóvenes, en parte por las perturbaciones que ha causado en la vida familiar, académica y social”, afirmó el Dr. Tao Sheng Kwan-Gett, Jefe Oficial de Ciencias del Departamento de Salud del Estado de Washington. “Algunos síntomas comunes incluyen el aislamiento social, los problemas en la escuela y los comportamientos desafiantes en casa”.
“Esté atento a los cambios abruptos o significativos en el comportamiento que podrían indicar que se necesita apoyo de salud conductual”, afirmó la Dra. Kira Mauseth, codirectora del equipo de acción para la salud conductual del DOH. “El mal comportamiento, o manifestar estrés externamente junto con una conducta agresiva, y los comportamientos impulsivos y peligrosos pueden ser fuertes indicadores de estrés. En el otro extremo del espectro conductual, recluirse o aislarse y alejarse de las actividades típicas también pueden ser una señal de advertencia de que las personas jóvenes están pasando un momento difícil”.
Todas las personas desempeñamos un rol clave a la hora de apoyar el bienestar conductual y las emociones de los niños y jóvenes en nuestra comunidad.